A veces, los grandes sueños nacen en los momentos más simples.
En el año 2006, en la ciudad de Barcelona, dos venezolanos —Claudia Calderón y Luis Miguel Bucci— vivían el hermoso caos de la espera de su primer hijo. Lejos de casa, entre antojos y nostalgia, se dieron cuenta de que no había un lugar donde probar los sabores de su tierra. Y como todo lo que nace del corazón, decidieron crear lo que tanto extrañaban: una hallaca hecha con sabor a hogar.
Lo que comenzó como un antojo se transformó en un sueño.
Sus amigos probaron el plato y, entre risas y emoción, dijeron:
“¡Esto sabe a la cocina de la abuela!”.
Aquella frase fue el punto de partida de algo más grande que un restaurante.
Fue el comienzo de una historia de emigrar y reinventarse sin perder el sabor de quiénes somos.
Así nació El Rincón de la Abuela Venezolana —un espacio donde la tradición se convierte en abrazo, y cada plato cuenta la historia de un pueblo que lleva su cultura en el alma.
Claudia, como Chef ejecutiva, y Luis Miguel, como anfitrión, unieron pasión y propósito para crear un rincón donde la nostalgia se transforma en sabor y la distancia se acorta con cada bocado.
Ubicado en Barcelona, España, este rincón se convirtió en mucho más que un restaurante:
es una Embajada Cultural Gastronómica, un punto de encuentro para quienes buscan reencontrarse con Venezuela y compartir su esencia con el mundo.
Hoy, con casi dos décadas de trayectoria, El Rincón de la Abuela Venezolana sigue siendo un símbolo de constancia, identidad y amor.
Un homenaje a nuestras abuelas, a la memoria de nuestros sabores y a todos los que emigran, por eso es un orgullo nominarlos a Pioneros en Excelencia Gastonómica internacional
